_Tengo
frío le dijo esa noche.
Él
le trajo una frazada para arroparla.
_Sigo con frío - le insistió.
_Mañana
compro una estufa – Prometió él.
Al
día siguiente le entregaba la mejor estufa que encontró.
_Sigo con frío _comentó ella.
_Mañana compro una frazada eléctrica.
Y se la trajo presto.
_Tengo
frío repitió la siguiente noche. Se me hace difícil conciliar el sueño.
_Instalaré
una nueva calefacción _le prometió distraído.
Una semana después tenía instalada la mejor
calefacción existente en el mercado por toda la casa.
_Es
mucho frío. Es como si tuviera miedo de quedarme dormida.
Le aseguró ella con lágrimas en los ojos.
Él,
conmovido, sacó su cara de los papeles que siempre traía a casa desde la
oficina y la abrazó. Se sentaron juntos en el sofá, y ella, pasados algunos minutos, se quedo
dormida acurrucada en sus brazos. Sin frío ya.
Él se dio cuenta que su abrazo pudo más que cualquier calefacción.